Adentrarse en los callejones es peligroso... (Libre)

No podía creermelo; perdída en un pueblo de kilometros cuadrados contados...Me consideré una estúpida sin remedio al principio, pero pronto me dio igual serlo que no. Ni siquiera sabía como había llegado hasta allí, simplemente allí estaba, perdida en la oscuridad del callejón mas oscuro del pueblo.

Había pasado la tarde con Jannis y Jack, tomamos algo y después dimos un paseo por la playa, una tarde genial. Nos separamos a mitad de camino ya que no viviamos cerca unos de otros, yo giré la esquina de siempre y camine calle arriba hacia mi casa, pero a mitad de camino, mientras subía la misma cuestecilla de siempre comencé a sentirme mal. Me pesaba el pecho y me daba agudos pinchazos cada rato, cerre los ojos y segui andando, pero para cuando los abrí ya estaba perdida. Me había adentrado, sin darme cuenta en el callejón y ahora no podía salir de alli.

Corrí en varias direcciones pero no encotraba la calle del camino, comencé a desesperarme realmente. El corazón me latía tan fuerte y desenfrenado que me aun me asusté mas, dolía. No tardé mucho en empezar a sollozar, cada vez con mas fuerza, soltando desesperados grititos llorosos a ratos.

Volvia en coche hacia casa despues de dejar a Regina en la suya. Paso frente a uno de los callejones y vio un bulto no muy lejos de la salida. Disminuyo la velocidad y apago el equipo de musica para poder escuchar algo.

Detuvo el coche y espero a escuchar algo, parecia que alguien estaba en problemas, o por lo menos lloraba. Se bajo del coche y cerro con el mando. Se adentro en el callejon.

-¿Hola?

Me volteé con miedo, parando en medio del callejón, respirando con fuerza por la boca y agarrandome el pecho con una mano. Quise pedir auxilio pero cuando mi voz fue a salir un espasmo producido por el llanto me silencio, igual que un hipo cuando quieres hablar. Eso me enrbietó muchisimo mas y las ganas de llorar aumentaron. Ni siquiera sabía de quien era aquella voz, pero quería salir ya...Me sentía agotada, a punto de caerme.

Apoyé una mano en la pared, que apenas alcanzava a ver e intenté respirar.

Oía poco y veía menos, de sentir ni siquiera merece la pena hablar. Me costaba mantener el equilibrio, pero cuando pensé que ya no podía más y que me desplomaría sin opción alguien me sujetó. Venían a por mí, ya estava...La paciencia no había servido de nada, y lo sentía, lo sentía muchísimo, sobretodo por papá. Me dejé llevar.

Me sujetavan con firmeza y con apremio, como si tuviesen prisa por llevarme a donde quiera que fuese lo antes posible.

Abrio la puerta del coche y la ayudo a sentarse en el asiento del conductor, mientras apretaba el boton para que el techo se levantara y que asi le llegara mejor el aire. Se agracho frente a ella y cogio la cara de la chica entre sus manos, cuidadoso.

-Rory... -la llamo en un susurro. No sabia que podia pasarle si que hacer

-Aaron...-murmure apenas audible y notablemente extrañada al sentir su voz y unas manos templadas sobre mi rostro.-¿Qué...?-me seguía doliendo el pecho, pero al sentarme parecía haber disminuído un poco. No tenía muy claro donde estaba, pero había desechado la idea de que estaba muerta.

Tampoco tenía mucho que decir, me sentía agotada y por el momento no tenía ninguna gana de moverme, allí sentada estaba mejor.

Le aparto el pelo de la cara con cuidado, no tenia buen aspecto. Aun asi, parecia algo mejor que cuando la habia encontrado en el callejon, por lo que se quedo frente a ella, observandola con atencion y preocupacion.

-¿Quieres que llame a alguien? -pregunto al fin.

Me apresuré a negar con la cabeza, despacio y apretando los ojos. Prefería que no, ya la había armado bastante en el callejón y poniendome a prueba de la manera mas tonta, perdiendome. Si mi padre se enteraba se acabava el mundo, todo patas arriba, y lo mismo con los chicos, Jannis y Jack. Mejor así, se me pasaría.

Me intenté incorporar un poco en el asiento, haciendo muecas de dolor.
-Lo siento-abrí los ojos y volví a negar con la cabeza-Debo parecer una niña pequeña, perdiendome y llorando-prefería guardarme los demas datos.

-No pasa nada... -dijo con una sonrisa ladeada- No tienes buen aspecto. Puedo llevarte hasta tu casa si quieres... -le propuso. La verdad es que seguia preocupado por ella, se habia asustado al ver el estado en que se encontraba. Tenia la sospecha de que habia algo mas, pero no quiso preguntar. Ademas, apenas se conocian, no iba a contarle a el sus problemas.

No supe que contestarle, ahora mismo no tenía la mente como para pensar si en ir a casa o en quedarme en la calle a tomar el aire o, ¿¡Qué sabia yo!?

Me pasé una mano por la cara, frotandome con suavidad y luego me encogì de hombros.
-Como quieras-suspiré-Si tienes prisa esperare ahi-señalé el bordillo de la calle-hasta que se me pase...un poco-intenté sonreír algo-mi casa no esá muy lejos ya.

-No tengo prisa -respondio el, sonriendo de lado- Puedo esperar a que estes mejor y llevarte hasta alli. Me quedaria mas tranquilo si lo hiciera... Si quieres beber agua o algo, creo que tengo un botellin en la bolsa de deporte...

Asentí a todo, sí, sí...Daba igual. Cualquier cosa, sí. Por último, me ofreció agua, está vez asentí con conocimiento -ya que realmente me apetecía- y respiré hondo mientras me incorporaba un poco más.

¿Siempre tenían que ocurrirme cosas como esta cuando había alguien como Aaron cerca? Ni siquiera habían pasado un par de días desde que "perdí" las llaves en mi mochila...Y mira ahora como volvía a aparecer. No sabía si sentir verguenza o que sentir.

Cogí el botellin de agua cuando me lo tendió y bebí un pausado y largo trago. Al sentirme saciada, le devolví la botella. Me encontraba mucho mejor, pero seguía pesandome un poco el pecho, tiraba ligeramente.

-Gracias-murmuré en voz baja. Lo dije en general, por todo. Intenté expresarme con la mirada, lo mejor que pude y de verdadero corazon.