Tiempo libre... demasiado. (Libre)

Aproveché el día libre en el trabajo y cogí mi cámara para hacer algunas fotos en el Parque. Había leído en internet que era un parque grande, bastante concurrido y popular. Por lo que ví al llegar era bastante frondoso, había bastantes árboles, que dejaban ver el sol de la tarde. No hacía mucho calor, agradecí eso, no me gustaba sudar.

Salí del coche y cogí la cámara. Llevaba una camiseta amarilla que, en letras grandes azules ponía: "What?", poco original, sí, pero me encantaba. El pantalón vaquero era negro, unas converse en mis pies.

Caminé hasta el centro del parque y me rasqué la barbilla, notando la barba prominente. Miré a un lado y al otro y murmuré.

- Veamos... ¿por dónde empiezo? -buscaba inspiración.

Dos pájaros comenzaron a hurgar en un pequeño hormiguero situado en el tronco muerto de un árbol. Era una imagen cuando menos curiosa que no dudé en fotografiar. La luz era perfecta, la sombra, genial. Joder, iba a volver a ese parque más a menudo.

Reparé en una instantánea de fábula, bajo un árbol. El Sol quedaba justo en medio de la copa, y la penumbra era fantástica. Eso, sumado a que una chica estaba absorta en la lectura de un libro, quedaría de miedo.
Toda la imagen quedaba oscura, ribeteado el árbol y la figura de la chica por un pequeño aura brillante. Era una especie de eclipse, dónde el fondo era claro.
Flexioné una rodilla y disparé varias veces, supuse que la chica se alarmaría. Sería lo normal, nadie iba por ahí echando fotos a los demás por las buenas.

- Por favor, no te muevas, está quedando perfecta. -con la mano hice un ademán de que se quedara quieta.

Siete eran suficiente, en el pequeño cuartucho que había habilitado a modo de estudio ya las observaría mejor, pero apostaba a que estaban estupendas. Dejé que la cámara colgara de mi cuello y me acerqué a la chica para, al menos, darle una explicación de todo aquello.

- Supongo que te preguntarás que hacía. -no era cortado en absoluto, traté de que sintiera confianza, parecía avergonzada- Soy fotógrafo y pegabas estupendamente con ese árbol. -reí- Sí, lo siento, fotografiaba al árbol.

Adolescente, probablemente menor de edad. Por guapa que fuese no iba a ligármela... por aquellos de los problemas con la legalidad y todo eso.

- Me llamo Axel. -no planeaba entablar conversación, sólo ser amable.

Poco despues deje de escuchar el ruidito de las fotos, pero a los pocos segundos el chico se habia acercado a mi. Alce la cabeza, mis mejillas aun estaban algo sonrojadas, y sonrei dulcemente. Algo mas ampliamente al escuchar que fotografiaba al arbol.

-Allie -sonrei, diciendole mi nombre- Pues espero que hayan quedado bien... ¿Eres fotografo? -le pregunte.

- Encantado, Allie, un placer. -me senté cerca de ella, sin estar a su lado. Sí, parecía que al final sería una conversación- Compruébalo por tí misma. -le dejé la cámara para que viera las fotos- Ahora imagínatelo en blanco y negro.

Me gustaba mostrar mis trabajos a la gente en general. Me sentía orgulloso de hacer las cosas que hacía, no por mi talento, que podía ser mayor o menor, simplemente porque cuándo las fotos estaban colgadas en mi pared, o metidas en un álbum, podía mirarlas y decir que eran mías, que yo las habia hecho.

- Es normal que una chica de tu edad se siente sola en un parque... ¿a leer? -en verdad era extraño, los adolescentes solían estar juntos, en pandillas o grupos. Ella no parecía una de esas chicas marginadas o rechazadas socialmente.

El chico me presto su camara y deje el libro a un lado para poder sujetarla con las dos manos mientras miraba las fotos. La verdad, estaban bien, a mi al menos me gustaban.

-Son muy bonitas... -dije dulcemente y le devolvi la camara. Sonrei casi con diversion ante su pregunta- Es normal que yo me siente sola en un parque a leer -dije con una suave sonrisa

- No, lo decía porque no conozco muchos adolescentes que... lean, ni solos ni acompañados, creéme. Hay que fomentar la lectura, bien hecho. -reí.

Me había puesto a hablar y sin darme cuenta estaba cayendo la tarde, pronto atardecería, y con ello se iría toda la luz. Tomé la cámara y me incorporé. Miré a mi alrededor y traté de encontrar un lugar pintoresco en el que poder seguir con lo mío. Se me ocurrió algo y se lo comenté a Allie.

- Dime, ¿te gustaría formar parte de mi álbum de hoy? -pregunté sonriente, no por nada, tener siempre un punto de referencia en una fotografía ayudaba.

Rei suavemente ante su comentario y cuando se levanto iba a seguir con mi lectura hasta que le escuche hablar. Levante la cabeza algo sorprendida.

-¿Yo? No se si sabre hacerlo... -dije con una suave sonrisa.

La chica seguía nerviosa, se le notaba, pero intentaría que dejara de ser así, más que nada por su comodidad.

- Tranquila, sigue mis indicaciones y lo harás bien. -me acerqué a una especie de larga explanada alfombrada de césped, que dejaba ver la ciudad en un plano panorámico- Bien, ahora quiero que te sientes en el césped, con la espalda hacia mí, mirando hacia la ciudad.

Calibré la luz, y me coloqué, encuclillado, esperando que se colocara.

En ese estado parecía un tronco en medio del campo. Tenía que hacer algo, ayudarla a tranquilizarse, formaba parte de la carrera. El relax del/la modelo era crucial para la naturalidad y la esencia de ciertas fotografías.

Me acerqué a ella, puse las manos en sus hombros y susurré:

- Imagina que estás sola, en medio de un gran prado... cierra los ojos y siente cómo el viento hace ondear tu pelo y te golpea suavemente en la cara. -la técnica de cerrar los ojos era clásica, evadirse del mundo también ayudaba mucho a concentrarse y relajarse.

Ahora sí. Las fotos estaban quedando estupendas. Desde varios ángulos, y nunca enfocando la cara de Allie. No por nada, simplemente la idea de la foto era esa. Una chica desconocida, de espaldas, ante una vasta ciudad. "Inocencia", la llamaría.

Apagué la cámara y volví a acercarme a ella.

-[color=black] No te robo más tiempo, muchas gracias... te recordaré cuándo esté ganando millones...[/color] -puse un falso gesto solemne, sonriendo.

-Espero que si ganas millones se te ocurra hacerme algun regalo... -sonrei de lado- Ya sabes que me gusta leer, asi que... -solte una pequeña risita.

Al final no habia sido tan malo posar para aquellas fotos, basicamente porque no me habia enfocado directamente y eso hacia que mi vergüenza fuera menor.

- Si gano millones con ésta foto, te pondré una mansión en la playa. -puse un falso gesto pensativo- Con una biblioteca gigante.

Reí y saqué el móvil, un flamante i-Phone, que adoraba completamente. No me había costado mucho dinero, sólo 20 dólares en un juego de feria. Algo de suerte y habilidad habían logrado que el gancho fuera a parar a ese glorioso teléfono.

- ¿Sabes? Dame tu móvil, y si me aparece la inspiración te llamaremos. -callé un instante- ...la inspiración y yo, claro. Nada, olvídalo, era un mal chiste. -hice un ademán de desprecio- Ah, y trabajo en el Perth's café, por si algún dia pasas por ahí.

Diablos, cualquiera que oyera la conversación pensaría que quería llevarme a la chica a la cama. Nada más lejos, por suerte.

-Tambien me gusta nadar, asi que reduce la biblioteca y asi incluimos una piscina -sonrei suavemente. Le di mi numero de telefono y asenti ante su proposicion- No creo que sea una buena modelo -rei- Pero alla tu... -asenti con la cabeza cuando me dijo donde trabajaba.

- Tomo nota, Allie, tomo nota... en pocos meses podrás mudarte. -sonreí y guardé el móvil. Ya tenía a alguien a quien llamar a la hora de hacer fotos.

Era algo tarde ya, y si no quería faltar al trabajo y abrir el café a la hora que tocaba tenía que irme ya.

- Tengo que irme, supongo que si vengo por aquí algún otro día te encontraré bajo ese precioso y frondoso árbol, ¿no es cierto? -reí.

-Si, supongo que si... -le dije con una suave sonrisa- Aun asi, igual me ves algun dia tomando un cafe... -me levante de la hierba, yo tambien deberia irme ya- Que sepas que esperare mi casa...

Comencé a caminar hacia el coche aparcado y me volví al escuchar el comentario. "Axel, no hagas promesas que no puedes cumplir", me dije, divertido. Espero que no se lo hubiera tomado totalmente en serio.

- Te aseguro que estoy trabajando en ello. -sonreí- Y espero verte pronto. -guiñé un ojo y con una reverencia fuí hacia el coche.

-Ya te invitare a nadar en mi piscina -dije con tono divertido y una amplia sonrisa. Guarde el libro en mi bolso y me lo colgue del hombro. Rei con diversion al ver su reverencia y yo tambien comence a caminar.