Con intenciones de una noche tranquila [Axel] +18

*Finalmente Axel era el que conducía el coche y yo le iba guiando el camino para llegar hasta el río. La luna llena brillaba en un cielo despejado dejando ver las estrellas pero hacia mucho aire. Las hojas de los árboles se movían con violencia dando un aspecto algo tétrico al lugar. Después de seguir un camino de arena para adentrarnos un poco le dije que aparcase el coche a unos metros del río y cuando lo hizo me desabroché el cinturón y bajé del coche estremeciéndome al sentir el aire. Quizás hubieses sido mejor quedarse en casa pero ahora ya estábamos allí. El césped era verde y lleno de flores de colores pero no se distinguían muy bien ya que la única luz que iluminaba el lugar era la de la luna.*
-¿A que es un lugar bonito?
*Le pregunté a Axel dedicándole una dulce sonrisa*

Poco antes de dirigirnos hacia allí hicimos una parada en casa, lo que me permitió coger algo para abrigarme. No era algo muy cálido, pero serviría. Se trataba de una chaqueta gris, de la universidad, con una capucha. Me subí la cremallera, lo que dejaba ver el nombre de la facultad, UCLA.
El río no estaba muy lejos, en un cuarto de hora habíamos llegado hasta el lugar en cuestión, dónde aún golpeaba más el viento, si cabía. En la ciudad no parecía tanto, debido a los edificios, pero allí, a campo abierto, podía notarse la frescura, sumado a la brisa que despedía el lago.

Parecía un lugar tranquilo, y a vistas estaba que no había nadie. Mary bajó rápidamente del coche, pero yo me tomé mi tiempo, poniendo el freno de mano, recogiendo mi movil y demás. Salí y cerré el vehículo, dirigiéndome hacia ella, con la misma sonrisa.

- Mucho, mucho. -observé el cielo- Aunque parece que lloverá.

*Me giré tapándole la boca antes de que acabase la frase fulminándole con la mirada*
-Esas cosas no se dicen en voz alta que sino se cumplen, ¿no lo sabias? Se llama la ley de…la ley de… ¡Ley de Murphy!
*Grité cuando me vino el nombre a la cabeza mientras le dedicaba una sonrisa echándome el pelo hacia atrás como diciendo “si es que soy la mejor”. Empecé a caminar acercándome el río y me tumbé en el césped con los ojos cerrados mientras me estremecía de frío. Si me ponía mala tenia una excusa para no ir a clase y quedarme todo el día en casa tumbada durmiendo. Abrí los ojos mirando a Axel de manera divertido.*
-¿Quieres ser mi almohada?

Reí y me fuí a su lado para tumbarme. Ante su petición sólo abrí los brazos, haciendo un ademán con las manos indicando que viniera a mi lado, una sonrisa le daba la bienvenida. Sería uno de nuestros primeros momentos tiernos, qué cosas.

- Claro, ven aquí, muñeca. -me empeñaba en sacarle nombres, motes, epítetos a todo, una manía que tenía desde el instituto.

La acurruqué a mi lado y miré el cielo, donde las estrellas no eran muchas, debido a las nubes, pero las pocas que había, brillaban con mucha fuerza. Pasé repetidas veces los brazos por todo el cuerpo de Mary, tratando que entrara en calor, para finalmente pegarla contra mi cuerpo, besándola en la frente.

*Sonreí ilusionada igual que una niña pequeña y me acurruqué entre sus brazos apoyando mi cabeza en su hombro depositando un suave beso en su cuello. Me sentía realmente extraña estando allí con Axel disfrutando de nuestra primera noche como pareja…*
-Como llueva será tu culpa, que lo sepas y me acordaré.
*Murmuré echando la cabeza hacia atrás para mirarle mal mientras seguía sonriendo divertida. Volví a apoyar mi cabeza en su hombro y cerré los ojos soltando un suspiro.*

- ¿Soy yo o te encanta amenazarme, jovencita? -hice una mueca y le estiré de la nariz.

El viento soplaba cada vez más, y a mi el frio también me atrapó, aunque el hecho de estar junto a ella me proporcionaba una sensación de calidez humana muy agradable. Ante eso, la apreté más junto a mí, y no solo por el calor.
Quería sentirme así, no lo supe hasta que conocí a Mary. Necesitaba una relación, por raro que parezca. La necesitaba y no lo sabía, así es la vida.

- Estuve a punto de elegir a un chico gordo en vez de a tí el día que seleccioné los currículums. -dije, muy serio, antes de echarme a reír.

-Me encanta amenazarte, es taaaaaaaaaan divertido. A mi me gusta amenazarte y a ti te gusta mi culo y mi juventud.
*Murmuré mientras le daba un pequeño manotazo al sentir como estiraba de mi nariz. Sonreí al sentir como me pegaba mas a él y me giré pasando mi brazo por su pecho pegándome todavía mas a él. Me reí al escuchar lo del tipo gordo.*
-Pues menos mal que me cogiste a mi por que con ese chico no creo que hubieses echo lo mismo que has hecho conmigo, ¿o quizás si?
*Pregunté con una perversa sonrisa en mis labios mientras le miraba*

Reí, mi risa se oyó por todo el valle, que estaba desierto. Me sentía tranquilo de encontrarnos solos, no se por qué. La miré, bajando la vista ante su comentario.

- Creo que tu deberías preguntarte lo mismo... -sonreí. No creo que le gustara la idea de que me atrajeran los chicos gordos.

Un sonido importunó la calma nocturna. Parecía la música de un móvil. El mío no era, pues éste estaba en el coche, y en silencio. Por lo tanto, debía ser el de Mary. Todavía no había logrado saber con quién se enviaba tantos mensajitos y demás. Curiosidad, simple curiosidad, si ella me había dicho que no había otro la creía.

*Fui a contestarle cuando escuché el sonido de un móvil y vibrar mi pierna. Me reí ante ese cosquilleo y saqué el móvil viendo que quien me llamaba J.J.*
-Ahora vuelvo.
*Le di un dulce beso en los labios y me levanté de un salto llevándome el móvil al oído.*
-Hola J.J.
-¿Cómo que hola? ¿No se supone que hoy venías a mi casa a cenar para celebrar que el otro día había salido a jugar?
*Preguntó con tono enfadado. Me di un golpe en la frente e hice una leve mueca, se me había pasado por completo.*
-Lo siento J, se me ha pasado te lo juro.
-Pues ven ahora, la cena todavía esta caliente.
*Giré mi cabeza observando a Axel y me mordí el labio inferior, nunca me habia olvidado de ningún plan que hubiese echo con J, esa era la primera vez.*
-No puedo, estoy ocupada.
-Pero habías quedado conmigo.
-Lo sé y lo siento…pero ahora estoy fuera del pueblo.
-Pero…
-Hasta mañana, te quiero.
Dije colgando el móvil guardándolo de nuevo en mi bolsillo, sabia que si seguíamos hablando acabaríamos discutiendo y no quería hacerlo por móvil. Volví al lado de Axel y me acurruqué de nuevo entre sus brazos y dándole un beso en la mejilla.*
-Un amigo, había quedado con él para cenar.

Un amigo... cenar... parecía todo muy inofensivo. Preferí pensarlo así igualmente, no iba a preocuparme más de lo necesario. No era desconfianza, simplemente no la conocía todo lo que debería, y algunas cosas para mí eran novedades.

- Espero que vaya todo bien... -sonreí. Entonces recordé algo, Mary iba a clase, y mañana era lunes. Me rasqué el mentón, mirándola con gesto de duda- ¿Tú mañana no tienes que ir a clase, nena?

Lo pensé con cierta resignación. La idea de pasarnos la noche en acción se iba al traste. Era una verdadera pena, pero los estudios son lo primero, y tendríamos tiempo, sobretodo tiempo, para poder pasar a la acción siempre que quisieramos.

*Asentí con la cabeza al escuchar lo de que esperaba que todo fuese bien. Sabía que la discusión con J.J no me la iba a quitar nadie pero todos los amigos discuten alguna vez, ¿no? Abracé a Axel sintiendo el calor de su cuerpo haciendo que tuviese menos frio. Al escuchar lo de la clase solté un suspiro echando el aire sobre el cuello de Axel.*
-Nooooooooo, no puede ser… ¿Mañana ya es lunes?
*Pregunté mientras ponía pucheros. Odiaba los lunes, se me hacían eternos y encima siempre iba con sueño, durmiese las horas que durmiese. Apoyé mi cabeza en el hombro de Axel y negué con la cabeza*
-Que mala es la adolescencia.

Mentiría al decir que no me comía la dichosa y tremenda curiosidad. Pero sería tomado como un comentario desconfiado el hecho de preguntar por lo que era un amigo, a esas alturas. Mejor esperar, esperar. Tuve suerte de que no fueran celos, de lo contrario estaría tirando por el camino de la obsesión.

- No te preocupes, mañana podrás dormir un poquito más, te llevaré a clase con el coche y podrás fardar de novio. -sonreí, bromeando.

Increíble, pero me sentí como demasiado paternal con ese gesto. Supuse que era en defensa de sus derechos como empleada mía, prefería pensarlo así. Además, sería esa noche, la verdad es que esperaba que amaneciera más en mi cama que en la suya...

*Sonreí al escucharle y le besé en los labios con dulzura y intensidad y me separé dedicándole una sonrisa. Me acurruqué de nuevo entre sus brazos apoyando mi cabeza en su hombro. Sabía que J.J se iba a enfadar todavía mas al ver que le había dejado plantado por mi jefe y todavía se cabreará mas al saber que estaba saliendo con él y a parte de J.J estaba el resto del instituto que cuchichearían y sobre todo las Lacayas que con lo que me odiaban por ser tan hippie harían comentarios para hacerme sentir mal…quizás mañana me quedase dormida “accidentalmente”*

La noche transcurrió. Pasamos una, dos horas en la orilla del río. De las cuales, los ultimos cuarenta y cinco minutos se trataron de besos, manos bajo la ropa y demás...
Una vez miré la hora, las 0.17, decidí que iba siendo hora de marcharse. Sí ella no proponía un plan mejor, claro, probablemente me sorprendería, como ya me tenía acostumbrado.

- Tendríamos que irnos ya, preciosa. -alcé la vista al cielo, lo que coincidió con una fría gota de agua impactando en mi rostro- Está empezando a llover... -la miré, incorporándome- ¿O no quieres ir a casa?

*Cuando se incorporó puse mi mano en su pecho echándole hacia atrás dejándolo tumbado de nuevo en el suelo y me senté encima de él. Me incliné hacia delante y bese el lugar en el que le había caído la gota con una sonrisa*
-No me quiero ir…quiero quedarme y coger una pulmonía para poder quedarme mañana todo el día contigo en la camita…durmiendo.
*Lo último lo dije con una perversa sonrisa mientras depositaba un leve y dulce beso en sus labios.*

- Mmm... -murmuré, sintiendo sus labios- Tienes suerte de que mañana tenga que trabajar por la noche, chiquilla irresponsable. -la besé ahora en la boca, silenciosamente.

Más gotas empezaron a caer, y sin todavía ser una tormenta, paulatinamente fueron salpicando todo el claro. Nos ibamos a mojar mucho, pero parecía dar igual. O eso quería creer yo, no sabía si ella de verdad quería coger una pulmonía, después a lo mejor no lo pasaría muy bien.

- Pero el martes si que irás... no permitiré que dejes de ir a clase por mí. -sonaba extraño, pero eso parecía, y me negaba a ello. Al finalizar la frase, volvió a sonar el teléfono de Mary- Oh... venga ya. -dije, riéndo.

*Sonreí divertida al escuchar lo de chiquilla irresponsable y tenia razón aunque en el fondo, muy en el fondo era un poquito madura. Sentí las gotas golpear en mi ropa y me pegué todavía mas a Axel para besarle mas intensamente. Mi móvil volvió a sonar y solté un bufido mientras me separaba de Axel mordiéndole el labio inferior levemente. Metí la mano en mi bolsillo y sin levantarme de encima de Axel contesté al teléfono.*
-¿Quién?
-Haley, ¿Dónde estas?
-¡Mami! Pues estoy en casa que mañana tengo clase.
*Miré a Axel y rodé los ojos mientras le dedicaba una divertida sonrisa acariciando su pecho por encima de la camiseta con mi dedo.*
-¿Y en que parte de la casa estas? ¿Metida en el váter? Por que yo estoy en el piso y no hay nadie, solo una caja de pizza encima de la mesa.
*Hice una mueca al escucharle y me mordí el labio inferior intentando pensar una excusa que decirle.*
-Bueeeeeeeno, vale. Estoy con Jannis en…el bar tomando algo, nada de alcohol.
*Contesté con voz de lo más convincente. Como mi madre se enterase que estaba en el río con mi jefe y que estábamos saliendo me metía de cabeza a un internado por estar saliendo con alguien unos años mayor que yo. Mi madre empezó a gritarme que qué hacia en el bar cuando mañana tenia clase por lo que solté un bufido echando la cabeza hacia atrás.*

Madres. De eso si me alegraba, si quería algo de mi madre, la llamaba yo, y viceversa. Bueno, normal, a mi edad, tampoco iba a preocuparse de llamarme todos los días. Observé divertido cómo Mary inventaba excusas, evitando el hecho de que estábamos juntos, era una situación graciosa.

La lluvia se intensificaba poco a poco, pronto caería un verdadero chaparrón. Sin decir nada, me incorporé como pude y tomé a Mary en brazos, mientras seguía hablando por teléfono.
No era lo más adecuado, pero me la llevé bajo un árbol, de momento, para no mojarnos. Pensé en la cara de la pobre madre engañada, creyendo que su hija estaba pacíficamente, en un bar con una amiga suya, mientras ésta se había acostado con su jefe dos veces...

*Sonreí a Axel cuando me cogio en brazos y nos llevo debajo de un árbol mientras escuchaba a mi madre gritarme, parecía que no iba a acabar nunca por lo que acabé colgándole y apagando el móvil metiéndomelo de nuevo en el bolsillo. Me senté como antes encima de Axel y le miré con una inocente sonrisa.*
-¿Por donde íbamos?
*Pregunté acercándome lentamente a su rostro depositando un suave beso sobre sus labios*

- Mira, otra razón para no volver a casa todavía... -Con su madre ahí me daba pánico, como poco. La besé suavemente- Al final te sales con la tuya, cómo siempre. -reí

Caí en la dulce tentación. Al fin y al cabo, no hacía falta esperar hasta casa, la hierba era tan buen lugar como cualquier otro... ¿no? Cabía ganar tiempo al tiempo. O bueno, no, ya no, iba a ser una niña traviesa e iba a hacer novillos para tirarse a su novio toda la noche. Joder, en mi cabeza era muy morboso.

- Creo que por aquí...

Empecé a besarla por el cuello, a los labios, y una vez más. Mis manos ya iban solas, viajando por su cuerpo, mientras que poco a poco nos pegábamos más. Haría frío, por lo que pensé que tampoco hacía falta quedarse completamente desnudos.

*Me reí divertida y sonreí de forma inocente y adorable.*
-Yo siempre me salgo con la mía, ¿todavía no te has dado cuenta?
*Murmuré mientras le miraba. Sentí sus labios en mi cuello y cerré los ojos disfrutando de esa sensación. Me fui pegando a él poco a poco acabando de cintura para arriba echada encima de él besándole intensamente mientras mis manos se colocaban detrás de su nuca. Había empezado a llover con fuerza haciendo que con el aire el agua llegase hasta nosotros mojándonos levemente pero eso no me importaba. La tela de la falda de mi vestido tapaba la cintura y un poco la tripa de Axel.

- Ay, siempre... -no pude terminar la frase, esperé a que separara sus dulces labios- Vamos, una vez rápido y... seguimos con la noche en casa, en el coche... o en los dos sitios...

Otro beso más, con el que empezó la tormenta. Pasé las manos por su espalda, llegando hasta ese traserito delicioso, por encima de la tela del vestido, aún era más apetecible. La pegué contra mi cadera, para excitarla con la fricción. Moví su cintura para sentir su sexo yo también.
Ya no pensaba en nada, había dejado que mi mente sobrevolara ese río, y fuera a perderse en el espacio por unas horas.

*Me reí al escucharle sin poderlo evitar al escucharle.*
-Claro que si, seguiremos donde tu quieras y el tiempo que quieras.
*Contesté antes de que me volviese a besar. Sentí como me pegaba mi cuerpo al suyo todavía mas y un gemido quedó ahogado en sus labios al sentir nuestros sexos rozar por encima de la tela. Mis manos se metieron por debajo de su camiseta acariciando sus marcadas abdominales con las yemas de mis dedos. Lo mas probable es que acabásemos en su casa ya que estaba segura que mi madre estaría en la mía hasta que apareciese y hasta mañana al mediodía por lo menos no tenia ninguna intención de dar señales de vida.*

Se dejaba llevar, me gustaba eso.
Metí las manos bajo su falda, palpando la tela de las braguitas y subiendo después por su espalda, deseando hundir mi tacto en su cuerpo. Un festival de los sentidos, y todos los míos estaban invitados. La besé en las comisuras de los labios.
Para ahorrarle trabajo, me quité yo mismo la camiseta.

El silencio solo se rompía con las gotas golpeando las hojas de los árboles y la superficie del río. Estaba oscuro, y unos rayos de la oculta Luna descubrían nuestros lascivos juegos en la nocturnidad.

*Sonreí sin dejar de besarle al sentir como metía las manos debajo de mi falda palpando la tela de mis braguitas haciéndome estremecer y mordiéndole el labio inferior sin mucha fuerza. Cuando se separó cogi aire y me saqué la chaqueta tirándola al suelo y después bajé los tirantes de mi vestido y lo seguí bajando dejando de cintura para arriba mi cuerpo desnudo tan solo con el sujetador. Besé su cuello haciéndole un chupetón y después bajé pos sus pectorales y tripa depositando suaves besos.*