No voy a perder. (Mary)

Por suerte, algo más de gente había. No mucha, pero tiempo al tiempo. Serví una cerveza a un tipo, que me pagó enseguida. Sonreí atendiéndo ahora a una chica que me pidió un ron con limón. Mientras lo preparaba, Mary salía de la trastienda.

- Mary, hoy estará un poco más movido, así que ponte las pilas. -señalé una botella de los estantes- Pásame el licor de limón.

Y tanto que estaría más movido. Mary dormiría en casa sí o sí. Apareció una sonrisa en mi cara ante esa idea.

*Estaba en la trastienda observando la ropa de trabajo, ni de broma me iba a poner el uniforme, era horrible, tenia que decirle a Axel que cambiase de uniforme iría siempre con mi ropa. Salí de la trastienda con unos shorts y una camiseta de color rojo que se pegaba a mi cuerpo y con escote.*
-O cambias el uniforme o vendré siempre como me apetezca.
*Le dije mientras le pasaba la botella que me pedía. Me apoyé en la barra a hablar con un chico riéndome divertida de las cosas que decía. Vi la mirada de Axel y sonreí de nuevo con inocencia*
-Vale, vale, ya me pongo a trabajar.
*Despedí al chico con la mano y me puse a atender las mesas*

"Sí vas a venir así siempre tendré que planteármelo...", pensé divertido. Le quedaba bien la ropa ceñida, no en vano tenía un cuerpazo, podía mostrarlo. Terminé de hacer la bebida y se la tendí a la chica, con dos hielos y una rodaja de limón que previamente había cortado. Le cobré y fuí a lavar unos vasos, mientras la veía despedirse del chico.

- ¿Cómo tengo que decirte que en horas de trabajo solo puedes ligar conmigo, ricura? -dije con una sonrisa, mientras giraba la vista para admirar su lindo trasero de jovencita.

*Estaba atendiendo a una pareja cuando escuché a Axel y me giré mirándole con una divertida sonrisa.*
-Tu no sabes lo de…donde tengas la olla no metas la po…
*Deje la frase sin acabar y los clientes a los que estaba atendiendo se rieron. Me giré para atenderles de nuevo.*
-Y no me mires el culo.
*Dije sin girarme mientras acababa de apuntar el pedido.*
-Ahora mismo os lo traigo.
*Contesté con una sonrisa mientras empezaba a servir lo que me habían pedido*

Reí mientras acababa de fregar, sin duda, lo más tedioso de mi trabajo. Un cliente estaba a la espera en la barra. Pidió Ballantines con un chorrito de cola. Una mezcla que no había oído nunca. Fuí a buscar las dos bebidas y procedí a mezclarlo todo a la vez. Alcé la vista y observé a Mary.

- Tengo una propuesta para tí, jovencita. -con una sonrisa esperé a que viniera con el pedido.

*Llegué a la barra y le tendí el pedido que me habían pedido la pareja y apoyé los codos en ella a la espera de que me trajese lo que ponía en el pedido cuando escuché sus palabras*
-A ver, ¿Cuál es esa propuesta viejecito?
*Dije burlonamente mientras jugaba con un mechón de mi cabello entre mis dedos mirándole fijamente*

- Te dejo la revancha al monopoly...o bueno, a lo que quieras. -le dije, mientras miraba el papel- Sí ganas, te prometo que mañana hago toda la jornada en boxers.

Eran dos bacardi con lima. Comencé a preparalos rápidamente mientras miraba a la chica jugar con su mechón de pelo. No me lo podía creer, pero cada vez me incitaba más. Reí y le dí una de las copas, empezando la otra.

- Y si gano yo... -puse gesto pensativo- ...¿si gano yo qué gano?

*Escuché su trato y sonreí divertida mientras cogia la copa que ya había preparado. Esta noche iba a ser yo la que hiciese trampas, yo también sabia jugar sucio y aunque no me gustase hacerlo…iba a merecer la pena tan solo por verle trabajar en boxers. Mi sonrisa se ensanchó al imaginármelo y me mordí el labio inferior.*
-Si ganas tu te hago un streaptese, ¿te sirve?
*Le pregunté con una traviesa sonrisa*

Dejé la copa en la barra, con el platito y el ticket de la cuenta. El local iba poco a poco llenándose un tanto, parecía ser un día normal de trabajo, al fin.

- Trato hecho. -le tendí la mano- ¿Después del trabajo te parece bien?¿En tu casa o en la mía?

La última pregunta no sonaba a juego. Pero eso es lo que íbamos a hacer, jugar. Que las condiciones fueran otras ya era diferente. No podía evitar imaginarme el panorama, un streaptease de aquella chica prometía ser memorable. Tenía que ganar.

*Estreché su mano con suavidad y le dediqué una divertida sonrisa*
-Trato echo, cuando pierdas no se vale echarse para atrás eh.
*Me reí al escuchar lo de en que casa y le señalé mientras cogia el pedido de la pareja.*
-En la tuya, tengo curiosidad por saber como es la casa de mi jefe, y además, así podré ir a hacerte gamberradas como tirarte huevos en la puerta.
*Dije bromeando mientras me alejaba de allí hacia la mesa moviéndome provocativamente apropósito.*
-Y no me mires el culo.
*Dije divertida mientras dejaba las copas en la mesa de los clientes*

- Descuida, soy mucho más atrevido que tú. -sonreí- Ey, y por qué no llamas a tu madre para decirle que no irás a dormir...? -dije, pícaro.

Más trabajo. Ahora un grupo de jovenes había entrado, con sus respectivas parejas, algunos solos, riendo. Pedí documentaciones, algunos no podían beber. Seriedad, que yo era bueno, pero si la policía hacía una visita me cerraban el local. Cogí pedidos y empecé a servir.

- Si no lo tuvieras tan ... -dí un soplido al echarle otra mirada y seguí sirviendo.

-Ya veremos si dices eso mañana cuando tengas que venir en boxers.
*Dije divertida mientras le dedicaba una sonrisa. Vi entrar a unos cuantos chicos de mi escuela y me acerqué a saludarles dándole dos besos. Se quejaron de que Axel no les quería servir alcohol y yo me encogí de hombros dando a entender que no podía hacer nada. Me senté en un taburete cuando nadie mas me necesito y miré a Axel con una inocente sonrisa mientras empezaba a jugar de nuevo con un mechón de mi pelo.*
-¿Quién te ha dicho que vivo con mi madre?

- Uf... te importaría... -señalé el dedo que jugaba mechón, me excitaba, era un gesto muy sexy- Así no hay quien trabaje, nena. -derramé un poco la bebida, lo que corroboró lo dicho- ¿Ves? Además, es peligroso que me hables de streaptease en los que estás involucrada mientras sirvo copas... -dejé dos de las bebidas en la barra, para otra pareja.

Sí seguía así le acabaría suplicando que viniera conmigo a la trastienda y... No, tenía que controlarme. Tal vez sólo era el calentón del momento. La noche aún era joven, mejor esperar. Sonreí y, ahora yo también desocupado lavándome las manos con un trapo, me acerqué a ella.

- Simplemente por que eres joven, lo deduzco... ¿o es que tienes casa?

*Me reí al ver como señalaba mi dedo y solté un suspiro mientras dejaba de jugar con mi mechón de pelo. Me reí al ver como se le caía la bebida y volví a jugar con mi mechón inconscientemente*
-¿Por qué es peligroso? Si no pensases en cosas perversas no te pondrías nervioso y entonces no derramarías la bebida y de eso modo perder dinero.
*Cuando se acercó a mi acerqué mis labios a su oído para hablarle.*
-No, tengo un piso para mi sola. Mis padres confían en mi…hacen mal.
*Bajé de un salto del taburete y cogi las dos copas para llevárselas a los clientes*

Desde luego que hacían mal. Ella lo estaba haciendo adrede. Me ponía a mil, y lo sabía. Con esos dieciocho añitos tan bien llevados me estaba volviendo loco.
Normalmente era yo el que tanteaba, el que jugaba con ellas hasta que los dos terminábamos en la alfombra de mi comedor. No, eso no quiere decir que me acostara con millones de chicas, pero alguna que otra caía.

Con Mary era distinto, ella era la que jugaba conmigo. Me susurró con su tenue y aniñada voz y se marchó a llevar las copas hacia la mesa.
Abrí una cerveza para mí y antes de beber pregunté:

- Pues a ver si la próxima vez me enseñas ese piso... por qué habrá una próxima vez, ¿no? -sonreí. Me importaba poco su respuesta. Habría una próxima vez.

*Les serví las copas a los clientes y observé el reloj de reojo para ver cuando rato quedaba de trabajo, todavía media hora, que aburrimiento, yo quería empezar a divertirme ya. No era una chica a la que le gustase ir provocando a los chicos, ni siquiera provocaba a J.J que sabia que iba a caer con demasiada facilidad pero con Axel…era diferente, era divertido ver como me miraba de esa forma tan lujuriosa a cada gesto inocente que hacia. Me acerqué de nuevo a Axel por detrás y le quité la cerveza divertida mientras le daba un trago.*
-Claro, podemos jugar al monopoli siempre que quieras.
*Dije divertida mientras le dedicaba una burlona sonrisa. Le devolví la cerveza y coloqué mis manos en la barra impulsándome hacia arriba y sentándome en ella mirando a Axel mientras movía las piernas lentamente*

Monopoly. Sí, claro, en eso pensaba, en pasarnos las noches jugando al monopoly. Puse un falso gesto de molestia cuando me quitó la cerveza. Me la devolvió y se sentó delante de mí, cómo si fuera una clienta.

- Deja de mirar el reloj, no te darás cuenta y tendremos que cerrar. -miré el local, había varias personas, estaba a mitad de aforo. Los chicos que parecían amigos de Mary salían ya, tal vez a buscar una discoteca- Al menos hoy ha sido mejor que ayer. -guardé algunas botellas que habían quedado fuera- Normal, la gente debe saber que trabajas aquí y vienen corriendo a ver si eres de verdad.

*Despedí a los chicos que conocía con la mano y dedicándoles algunas sonrisas. Una chica me recordó que mañana había partido y que no podía faltar. Le dije que no lo haría, nunca faltaba a un partido aunque solo lo hacia por J.J, se ponía tan guapo cuando jugaba. Negué con la cabeza lentamente alejando esas imágenes de mi cabeza y miré de nuevo.*
-No es eso, les dije que se pasaran y a cambio me iría con ellos al próximo botellón, no suelo beber.
*Le expliqué mientras me encogía de hombros. Sabia que a él le iba a resultar difícil de creer ya que el otro día iba borracha lo que se dice borracha pero no solía irlo.*

- No, no, claro que no. ¿Tú? ¿Beber? Diablos, ni siquiera me atrevería a meter esas palabras en la misma frase, nena. -reí con ganas y saqué la caja dirigiéndome a la oficina, para contar la recaudación del día, a ver si me cuadraba con el ordenador- Atiende tú si viene alguno de última hora.

Seguía sin saber que era lo que me parecía tan atractivo de Mary. Al margen de un físico muy agraciado y de esa apariencia de colegiala, por supuesto. Mientras contaba el dinero intenté pensarlo. De todas maneras, era inútil, lo acabaría descubriendo más tarde, cuestión de tiempo.

*Le saqué la lengua como una niña pequeña antes de que se fuese hacia la oficina. Cuando me quedé sola me baje de la barra y empecé a recoger las cosas y a limpiar la mesa mientras despedía a los últimos clientes. Ya era tarde por lo que no vendría nadie mas pero por si las moscas giré el cartel en el que ponía abierto por en el que ponía cerrado. Limpié las mesas y los vasos que Axel no había limpiado y me acerqué a la mini – cadena y puse música movidita para ponerme a bailar mientras acababa de recoger las cosas que quedaban*

Desde la oficina escuché la música que Mary había puesto. Me costaba todavía un poco contar con soltura aquellos dólares australianos. Ya no digo el primer día que me tocó hacerlo. Cuarenta y cinco minutos de reloj, llegué a mi apartamento casi a las dos de la madrugada.

Me asomé a la puerta para ver a Mary bailando y limpiando mesas. Dejé las llaves del local sobre la barra y esperé a que se girara. Eran menos diez, podía cerrar tranquilo.

- Ya puedes cerrar, nena. -había empezado a llamarla así, por algún motivo. No llamaba así a nadie desde que salía con una chica del instituto.

*Seguí bailando tan tranquila y me giré para mirar a Axel con una divertida sonrisa.*
-Espera, tengo que coger el bolso.
*Dije mientras apagaba la mini – cadena y pasaba por su lado para entrar en la trastienda. Empecé a buscar el bolso por todas partes, ¿Dónde narices lo había metido? Escuché el timbre de mi móvil y eso me ayudó a encontrar el bolso, saque el móvil y vi que era J.J pero le colgué sin pensármelo.*
-Lo siento J, hoy me apetece jugar.
*Dije mientras guardaba el móvil de nuevo y me colgaba mi bolso hippie.*
-Ale lista.
*Dije mientras cogia las llaves cerrando el local.*

Apagué las luces. El dinero estaba perfecto, el local, limpio. Fuí hacia la taquilla del vestuario para sacar mis cosas y me puse la chaqueta negra. Escuché el timbre de su móvil ví cómo lo apagaba. Nada más cerrar el local le hice un ademán para que saliéramos por la puerta de atrás, ya que quedaba al lado del coche.

- ¿Por qué no contestas? -sonreí, mientras sacaba las llaves- ¿Ya me ocultas cosas, jovencita? Ésto no funcionará si empieza a haber mentiras. -reí.

*Empecé a caminar hacia la puerta trasera mordiéndome el labio inferior inconscientemente y al salir me apoyé en una pared a la espera que Axel cerrase y me indicase por donde teníamos que ir.*
-Por que es mi novio pesado y si contesto no me dejara ir a jugar al monopoli.
*Dije con voz convincente mientras me encogía de hombros y empezaba a jugar con un mechón de pelo de nuevo.*
-¿Y tu quieres que vaya verdad?
*Pregunté con voz sensual mientras le dedicaba una sonrisa*

"Deja de hacer eso o te prometo que no llegaremos a casa...", pensé, mientras la veía utilizar sus encantos, bombardeándome con ellos, más bien. Empecé a caminar hacia el coche, esperando a que me siguiera. El comentario la verdad es que me daba igual.
Si tenía novio y ella accedía a venir conmigo en mi coche, a mi casa... problema suyo. Que viniera después el jovencito si quería a pedirme explicaciones. Yo me lo pasaría bien. Aunque algo me decía que era otra de sus armas.

-Por supuesto. -sonreí y abrí el coche con el mando- Igualmente vendrías, quisiera él o no, creéme. -abrí la puerta.