Start: Game. (Mary) [+18]

- ¿Bromeas?... uf... -casi deseé que se quedara para siempre, y que ningún hombre, nunca más, volviera a vivir el placer de aquella boca. Puse una mano en su nuca, acompañando yo también un poco el movimiento, empujándola hacia mí para que la metiera un poco más.

Noté su saliva resbalar por mi pene. Dejaba constancia con hechos de que realmente Mary no era la chica inocente que quería aparentar. Por suerte, sabía disimularlo genial. Y yo supe leerlo mejor aún. Qué estoy diciendo, no es que leyera nada, es que Mary me ponía a cien. Me ponía a cien, y por eso quería acostarme con ella.
De todos modos, y aunque no lo parezca, soy muy selectivo con las personas con las que me acuesto.

*Sonreí al escucharle y sentí como colocaba su mano en mi nuca haciendo que su miembro entrase todavía mas en mi boca. Seguí jugando con mi lengua un buen rato mas hasta que finalmente me separé dándole un último lametón y subí de nuevo por su cuerpo hasta quedar de pie de nuevo junto a él. Le dediqué una traviesa sonrisa mientras me moría el labio inferior de forma provocativa*
-¿Disfrutaste Axel?
*Pregunté de forma inocente mientras mi dedo acariciaba sus pectorales de forma juguetona*

No sabía si era una pregunta trampa, pero no respondí. Mi miembro, erecto y duro como una piedra, goteaba en el suelo la saliva de Mary. A ella también le quedaban restos en los labios y la barbilla. Estaba despeinada, muy sexy.

- Ahora te voy a ... -me pasé la mano por el pelo, estaba sudando un poco- ...bueno, tú sabes lo que te voy a hacer... ¿no?

Besándola mientras la masturbaba con la mano, volví a llevarla al borde de la mesa y la alcé para dejarla sentada. Bajé un segundo a la entrepierna y puse un poco de saliva con los labios.

- Tal vez prefieres que vayamos a la cama... -pregunté, mientras lamía un poco, para mojarla antes de...

*Me reí al ver como se pasaba la mano por el pelo y sonreí cuando escuché su pregunta.*
-Si, creo que me hago una ligera idea de lo que me vas a hacer.
*Comenté sin perder mi tono y sonrisa de niña inocente y buena pero a la vez traviesa y juguetona. Correspondí a su beso con intensidad reprimiendo un gemido que quería escapar de mis labios. Sentí como me dejaba de nuevo en la mesa y esta vez el gemido si que salio de mis labios al sentir como ponía saliva con sus labios.*
-Si, será mejor que…ahhh. Vayamos a la cama

A veces las palabras sobran, y ese era el mejor ejemplo, la cogí en brazos al segundo después de terminar la frase y me la llevé a la habitación.
Era una imagen cuándo menos graciosa. Dos personas desnudas casi corriendo por un piso, ansiosos de practicar el sexo el uno con el otro.
Llegamos a la habitación y casi me caigo al pisar la camiseta, que justamente había ido a parar delante de la puerta. La lancé en la cama y sin esperar ni un segundo más, me coloqué sobre ella y la penetré profundamente, dejando ir un jadeo casi de alivio.

Me quedé unos instantes sin moverme. El placer no era comparable a nada en aquel momento. Lentamente saqué mi miembro por completo para volver a introducirlo y empezar un movimiento de vaivén.

*Sentí como me cogia en brazos y sonreí al ver que nos dirigíamos al dormitorio. Debía admitir que tenia unos buenos músculos y mucha fuerza. Solté un pequeño grito al ver que casi nos caemos cuando pisa su camiseta y me reí al ver que no lo habíamos echo pero por muy poco. Me quedé tumbada en la cama y no me dio tiempo a reaccionar cuando sentí como Axel penetraba en mi. Un gemido salio de mis labios y le dediqué una traviesa sonrisa. Cuando empezó a moverse enrosqué de nuevo mis piernas en su cintura mientras mis labios besaban y mordían su cuello.*

Había hecho bien en humedecerlo tanto, ahora la sensación era muy placentera y no tenía dificultad para penetrarla. Sólo la justa debido a que aún era muy joven.
La tomé por las piernas y las abrí bien. Me coloqué en un ángulo recto sobre ella y empecé a embestirla con más fuerza. Era una pequeña "venganza", por ese calentón que me había provocado durante toda la noche.

- Ésto es un ... ohh... trato preferente... -saqué un momento el pene y volví a meterlo con un movimiento fuerte- ...eres la empleada del... mes... -jadeé y seguí embistiendo sin bajar el ritmo ni la intensidad.

*Axel me abrió las piernas y empezó a embestirme con mas fuerza. Eché la cabeza hacia atrás apoyándola en la almohada mientras mi respiración se volvía cada vez mas agitadas y mi rostro cada vez mas rojo por el calor que hacia allí por que hacia mucho calor. Era como estar metido dentro de una sauna pero con placer.*
-¿Pero hay empleada del…ahhh…mes?
*Pregunté jadeante. Sentí como sacaba su pene un instante y volvia a penetrarlo con una fuerte embestida.*
-Axel.
*Gemí arqueando la espalda.*

- Empleada del ...uf, joder... del año. -cada vez me gustaba más. No recordaba el tremendo placer que podía darme una niñita de dieciocho años.

Me dí cuenta de que sí seguía ése ritmo tan frenético durante algunos minutos más acabaría corriéndome. Y, aparte de que no llevaba condón, terminar tan pronto sería triste y aburrido. Bajé el acompasado movimiento hasta el punto en el que me paré y le dí una palmadita en el muslo.

- Date la vuelta. -dije, concentrado- Vamos, quiero ver ese culito.

*Axel fue bajando el ritmo de sus embestidas hasta que dejo de moverse y lo agradecí ya que pude relajarme durante unos instantes colocando mi espalda de nuevo apoyada en el colchón. Sentí su palmadita en el muslo y sonreí de forma divertida al escucharle.*
-Te gusta mi culito, eh.
*Dije de forma provocativa mientras mi dedo acariciaba su pecho y descendía lentamente por su cuerpo hasta rozar su miembro. Sonreí y hice lo que me pidió dándome la vuelta*

- Ya lo sabes, jovencita. -me acerqué a su trasero y puse las manos sobre las nalgas. Era redondito y respingón, de la medida perfecta. Lo acaricié suavemente y pasé tambien la punta de los dedos por su pelo. Apoyé el miembro sobre la entrada de la vagina y fuí metiendo la puntita.

No lo hice de golpe, quería que ansiara el pene dentro de ella, así que nada más dejé la punta, dando vueltas en los labios vaginales, masajeando el clítoris. Estaba empapada.

*Me mordí el labio inferior al sentir como acariciaba mi trasero con sus manos. Estaba tan excitada que ante cualquier roce me estremecía. Sentí su miembro acariciando la entrada de mi vagina y gemí inconscientemente. Esperé que empezase a dar embestidas pero no fue así, empezó a jugar de nuevo conmigo. Su miembro daba vueltas en mis labios vaginales haciéndome soltar pequeños gemidos mientras que mis manos se cerraban en puños agarrando las sabanas.*
-Te estas vengando…ahhhh…¿verdad?
*Pregunté jadeando.*

- Nunca me vengaré lo suficiente, jovencita... -finalmente la penetré lentamente, dejando que mi pene entrara en su totalidad, dejando escapar un pequeño pero audible gemido.

La sujeté por las nalgas, separándolas un poco para poder ver el espectáculo. Una vez hice esto la embestí aún más fuerte que antes. Quería que supiera quien mandaba, ya estaba bien de jueguecitos, miradas, sonrisas y gestos sugerentes. Iba a darle lo que se merecía.

*Sonreí al escucharle, tampoco había sido tan mala como para que se quisiese vengar, tan solo había jugado un poquito con él…solo un poquito, tampoco era para tanto. Sentí como me penetraba lentamente hasta el fondo haciéndome ocultar mi rostro en la almohada para reprimir un gemido. Sentí como separaba mis nalgas y giré mi rostro hacia un lado respirando agitadamente. Empezó a embestirme con fuerza de forma salvaje. Mis puños agarraron con mas fuerza las sábanas de la cama y los gemido escapaban de mis labios.*
-Axel..ah…no pares.
*Gemí jadeando.*

Era increíble. Necesitaba un polvo cómo aquel. Despreocupadamente. Además, Mary iba a estar en el trabajo, y me excitaba sólo con pensar en el morbazo que me daría tirármela en el almacén.
Gotas de sudor resbalaban por mi frente e iban a caer sobre la espalda de la chica. Me recosté un tanto sobre ella, juntando sus piernas y dejando su trasero a mi merced.

- Ahora baja un poco el cuerpo pero deja levantado ese culito. -dije, sin sacar el miembro de dentro de ella. Cuánto más estrecho estuviera, más placer para ambos. Continué embistiendo sin perder el ritmo. No, no iba a parar.

*Las embestidas de Axel eran fuertes y rápidas haciéndome gemir de placer con desesperación. Acabé ocultando el rostro en la almohada ahogando los gritos y gemido en la tela de ésta. Hacia un par de semanas que no me acostaba con nadie y Axel era increíble. Antes era él el que estaba a mi merced y ahora era yo la que estaba a la suya pero eso no me disgustaba. Giré mi cabeza para coger aire y un grito salió de mis labios. Hice lo que Axel me pidió poniendo mi culito en pompa y bajando mi cuerpo.*
-Joder Axel...ahhh…¿Por qué no…ahhh...no se me ocurrió acostarme con…tigo antes?
*Pregunté jadeando entre gemido y gemido.*

- No lo... aaah, joder... -apenas podía hablar- No lo sé... tal vez... oh, temías no dar la talla... -bromeé y le pellizqué el culo.

Sabía perfectamente cómo colocarse y lo agradecía. Iba a correrme próximamente, pero no quería, me lo estaba pasando demasiado bien. Un cocktail de sensaciones, ansia por llegar al orgasmo, mezclado con deseos de no alcanzarlo y un tremendísimo placer. Esos eran los ingredientes.
Me agarré de nuevo a sus caderas y saqué mi miembro para pasarlo por toda su zona trasera, cruzando sus nalgas, su vagina y su agujerito...

- ¿Te atreves, nena? -arriesgado o no, debía preguntar, me encantaban los culitos vírgenes. Aunque probablemente me ganaría una bofetada.

-Quizás temía que…ahhh…no la dieses…ah… tu.
*Sentí como pellizcaba mi trasero y sonreí sin poderlo evitar mientras mordía mi labio inferior intentando reprimir algún gemido. Había decidido que lo de ocultar el rostro en la almohada no era una buena idea ya que cuando me quedaba sin aire me tenia que separar y mis gemidos y gritos eran mas sonoros. Estaba seguro que algún venido nos estaría escuchando y si no era a nosotros era al ruido de la cama pero a mi me daba igual yo no vivía allí. Mi cuerpo se relajo brevemente al sentir como Axel sacaba su miembro de mi vagina y empezaba a acariciar mi trasero. Me mordí el labio inferior al escucharle y giré mi cabeza dedicándole un perversa sonrisa.*
-Quien no…arriesga no gana.
*Nunca me la habían metido por ahí pero siempre había una primera vez para todo, ¿no?*

Sonreí. Mary era bestial en la cama, y si le sumábamos eso, se convertía en una verdadera diosa. Todavía en su posición, la volví a poner a gatas y empecé a lubricar su agujero con saliva, escupiendo un poco y pasando el dedo. Estaba caliente, al igual que su vagina, que chorreaba, literalmente.
Una vez estuvo mojado, decidí meter uno de los dedos, despacio.

- Sí te duele dilo. -seguí metiendo el dedo mientras escupía otra vez, la lubricación era importante. Mi erección seguía ahí, poderosa, esperando al segundo plato.

*Sentí como intentaba colocarme a cuatro patas y así lo hice. Axel empezó a escupir para lubricarme mi agujero. Asentí con la cabeza lentamente al oírle y mordí mi labio inferior al sentir como introducía uno de sus dedos. Un jadeo escapó de mis labios a medida que lo iba metiendo. Era una sensación placentera y todavía no me dolía pero supuse que cuando metiese su pene si que lo haría pero lo mas seguro es que fuese como la primera vez*

Poco a poco se iba dilatando. Estaba claro que era vírgen. Era muy apetitosa la idea de ser yo el primero que fuera a probar ese agujerito tan bello. Aproveché la dilatación para introducir otro dedo... y otro más... lento pero seguro. Con mucha saliva y paciencia. Se iba haciendo más grande.

Tenía que hacerlo con suavidad y muy despacio, o le podía hacer mucho daño. Me incorporé y puse la punta del miembro en la entrada del agujero ya muy muy abierto.

- ¿Quieres que te folle por detrás? -pregunté, tajante. Una última oportunidad de repensarlo, después no hay regreso.

*Sentí como introducía otro dedo mas y dejé escapar otro jadeo y cuando metió otro mas un pequeño quejido de dolor ya que eso era lo que sentía. Una sensación pequeña de dolor pero nada grave. Sentí como introducía la punta de su miembro en mi agujero y después escuché su pregunta y asentí con la cabeza*
-Si, estoy segura.
*Dije con voz tranquila y girando la cabeza y dedicándole una sonrisa.*

Introducí el miembro lentamente, abriéndome paso por dentro de ella, pero sin forzar. Me costaba un poquito, pero era la fricción y sentir la estrechez de ese culo lo que ponía cómo una moto. No lo metí del todo, volví atrás y lo metí de nuevo, recorriendo algo más de camino ésta vez.

- Oh... estoy comple... Ah ... Completando mi venganza... Uf... -lo abrí un poco más- Es delicioso, nena.

*Sentí como lo introducía lentamente pero eso no quitó el dolor que yo sentía. Oculté mi rostro en la almohada ahogando los gritos. Una parte de mi quería pedirle que parase y la otra que siguiese. Era un dolor mezclado con el placer pero dolor al fin y al cabo. Sabia que se acabaría pasando y que solo quedaría el placer por lo que permanecí contra la almohada hasta que el placer fue mas fuerte que el dolor y levanté la cabeza soltando un pequeño gemido.*
-¿Por qué te ah…quieres vengar? No he sido tan…Dios…mala.

- Por todas esas horas... oh, joder...que te haa...ah has pasado calentándome, chica... uf... mala. -jadeaba con la respiración entrecortada. La tenía más dura que nunca, pero no quería correrme, quería que primero lo hiciera ella.

Mientras intentaba meterla ya del todo, una vez bien lubricado, y todavía con un poco de excitante dificultad, metí uno de mis dedos en su vagina cómo pude. Pensé que si la ponía boca arriba me sería más fácil, pero es que aquella posición me gustaba demasiado.