¿Giro en la trama? [Axel]

*Llegué en el coche de Axel hasta mi casa que estaba al lado del trabajo, a unos diez minutos pero no se lo había dicho ya que sino me abría echo ir andando y no me apetencia. Me bajé del coche todavía con el chup-chups en la boca pero ya no quedaba mas que el palo el cual mordisqueaba*
-Y lo del robo del chupa-chups es por que el que me estaba comiendo antes que era mio se me ha caido por tu culpa.
*Le saqué la lengua como una niña pequeña y caminé hasta el portal. Empecé a buscar en mi bolso las llaves*
-Es peor que el bolso de Mary Poppins…
*Murmuré mientras sacaba las llaves y las emtia en la cerradura. Abrí y piqué al ascensor apoyándome en la pared a la espera de que llegase*

No había sido un trayecto muy largo. Daba igual, me gustaba ir en coche. La observé hablar, moverse, gesticular... era una maldita bomba de relojería que me había explotado en las manos dos veces. Ya fuera por estúpido o por correr demasiados riesgos, no lo lamentaba.
Vivía en un bloque de apartamentos céntrico, parecía un edificio también nuevo, aunque correspondía a la zona más vieja de la ciudad. Entramos en el portal y mientras esperabamos el ascensor bostecé de nuevo, es extraño de decir, pero casi olvidé que tenía sueño, y estaba mucho más cansado que antes.

- ¿Cómo será el apartamento de mí empleada...? -dije, con voz de misterio- ¿Me asesinará y me cortará en pedacitos para meterme en el congelador? ¿O simplemente me violará repetidas veces? -reí.

*Abrí la puerta del ascensor y entré detrás de Axel cerrando después. Piqué al número siete y sonreí a Axel divertida.*
-Primero te violaré repetidas veces, después de cortaré en pedacitos y te tiraré por el vater para que se te coman los cocodrilos de las alcantarillas
*El ascensor se paró en un golpe secó y rodé los ojos mientras soltaba un suspiro, maldito cacharro viejo. Abrí la puerta del ascensor y caminé hasta mi puerta abriéndola y entrando al interior. El comedor que era lo primero que se veía tenia un estilo moderno, con una tele, una estantería llena de libro, un mueble con fotos mías y de mis amigos. Una gata de color negro salió a mi encuentro y la cogi en brazos acariciándola con dulzura
-Axel te presento a Damita.
*Dije sonriendo feliz mientras miraba a mi gatita*
-¿La quieres coger? Es inofensiva

- No sé si podré esperar. -sonreí.

Casi me caigo por el traqueteo del ascensor. Era un edificio viejo, pero reformado para que no luciera así. Aunque al parecer habían olvidado arreglar ese cacharro. Salí, esperando que ella abriera la puerta de su casa. Nada más entrar pude ver todo el comedor, que me mostraba que era una chica de su tiempo, ordenada y culta, pues todos esos libros no se tienen de decoración.
Me acercó a una gata, pero tuve que negarme.

- No, lo siento, no me apasionan. -no era miedo, es que simplemente no me gustaban los gatos. Pasé la vista por todo el apartamento- Ey, tu casa me gusta más que la mía.

-Pero si es una cucada, que sepas que por no querer coger a Damita has perdido puntos.
*Me puse de cunclillas y dejé a Damita en el suelo que se fue corriendo al dormitorio de invitados que era donde se pasaba todo el día en la cama, vivía mejor que una reina la gata. Sonreí al escucharle.*
-No me esperaba menos, es que soy genial decorando.
*dije divertida. También había varios objetos de todos mis viajes con mis padres como máscaras, instrumentos raros…Sonreí al acordarme de una cosa y sonreí a Axel de manera inocente.*
-Siéntate en el sofá y no te muevas.
*Deposité un beso en su mejilla y entré en mi dormitorio y cerré la peurta para que no viese lo que hacía*

Sonreí. Cada uno barre hacia su casa, y nunca mejor dicho. La verdad es que un piso de un hombre no podía rivalizar con el de una mujer, eso era evidente. Tenían mejor mano a la hora de decorar. Suspiré y ví cómo la gata se alejaba, algo más tranquilo. Aparte, me ponían nervioso esos animales, tan... misteriosos.

- Tengo muchos puntos, mi premio ya está asegurado... -reí y la ví cómo me besaba en la mejilla, y sin darme tiempo a decir nada me indicó que me sentara en el sofá mientras desaparecía en su dormitorio.

Lo hice, suspirando. La verdad es que ahora me había descolocado... ¿qué había preparado?

*Entré en el dormitorio y fui directa a mi dormitorio en busca de mi uniforme del año pasado. Estuve un buen rato buscando hasta que finalmente lo encontré y lo saqué. Me desvestí dejando la ropa en el cesto para lavar del baño de mi dormitorio y me puse la corta falda escocesa, la blusa de color blanca con los primeros botones desabrochados y después la corbata también escocesa pero no me la apreté mucho. Busqué mis zapatos negros con un poco de tacón y me subí a ellos mientras me ponía la chaqueta roja sin abrochar. Entré en el baño y me hice dos coletas bien echas y sonreí divertida. Caminé hasta la puerta de mi dormitorio y la abrí apoyándome en el marco observando a Axel con una inocente sonrisa.*
-¿A que soy rápida cumpliendo deseos? Soy mejor que el genio de Aladin

Me lo había imaginado, pero era más divertido no pensarlo. Sonreí en cuánto la ví aparecer. Estaba terriblemente sexy, y eso hizo que mi circulación sanguínea empezara a asemejarse a un circuito de fórmula uno. Apreté una mano en el brazo del sofá y un pensamiento que había deseado que no surgiera en mi cabeza acabó por salir.

- Mary... -tomé aire y traté de obviar lo apetecible que estaba- Quiero... quiero hablar contigo, siéntate, por favor.

Me lamentaría y me arrepentiría por lo que acababa de hacer, pero era algo que si no hacía ahora, no lo haría nunca, y después sería peor.

*Puse pucheros y caminé dejándome caer en el sofá cruzando mis piernas mientras me estiraba la falda hacia abajo. Eché la cabeza y la espalda hacia atrás y giré mi rostro para poder mirar a Axel.*
-Sabes…mi experiencia me dice que cuando alguien quiere hablar contigo y después del siéntate va un por favor no es nada bueno lo que tiene que contar.
*Comenté mientras jugaba con una de mis coletas entre mis manos sin apartar mi mirada de Axel.*

Me había pillado. Suspiré. No sabía que o de que manera iba a romper lo que existía con Mary, si es que existía algo, pero tenía que decirlo.
Tuve una punzada de miedo, pero lo superé y empecé a hablar, apoyando los codos en las rodillas.

- No te conozco lo suficiente para opinar lo que crees sobre ésto. Pero yo si me conozco y tengo que decirte lo que yo he reflexionado en el viaje hasta aquí. -tomé aire y hice una pausa- Sé que si me acuesto una vez más contigo sentiré... cosas. No sé si malas o buenas, pero las sentiré. Y no me pasa con todas las chicas, simplemente me he dado cuenta éstos días, por que me lo he pasado muy bien contigo. -volví a suspirar, esperando que no fuera muy mal mi explicación- Quería decírtelo... por que si no estás preparada para que sienta algo por tí, me iré.

La miré, una vez hube terminado. Tenía que decirlo. Y si me ganaba un bofetón, bienvenido sea, me lo habría merecido... joder ¿qué estaba haciendo? Tenía 18 años y era mi empleada... no sé, tal vez me había precipitado al decirlo todo tan pronto.

*Me quedé mirándole a la espera de que hablase mientras jugaba con mi coleta. Me mordí el labio inferior cuando empezó a hablar y me pregunté que era lo que había pensado en los diez minutos de camino. Dejé de jugar con mi coleta al escuchar lo siguiente que decía. Cuando acabó de hablar sentí su mirada fija en mí pero yo tenia mi vista fija en mis manos que estaban apoyadas en mis rodillas. Yo no sabía que decir…Axel me gustaba, era un buen chico y divertido y no me importaría tener algo serio con él pero…no sabía si estaba preparada para eso. Giré mi cabeza mirando a Axel con un leve sonrojo en mis mejillas mientras me mordía el labio inferior.*
-Yo…yo no sé que decir Axel. Nadie me había dicho nunca lo que tu me acabas de decir…

Hundido. No esperaba nada en concreto, pero sus palabras no indicaban nada alentador.
Claro que no, claro que no sabía que decir. Suspiré por tercera vez y me levanté del sofá. Era un loco, o un necio, dejando allí a Mary con uniforme de colegiala, pero ya no era su cuerpo lo que más deseaba. No era sólo su cuerpo. La miré una vez más.

- No importa, Mary. -sonreí- Da igual, olvídalo, no son más que tonterías...

¿Lo eran? A veces había cien contras y un pro. Pero era ese pro lo que había que tenerse en cuenta. Lo más importante de la ecuación. Evité pensar que tal vez sentía algo por Mary. Si no iba a funcionar, no quería que me doliera. Ni quería que ella sufriera por ello. Dí unos tímidos pasos hacia la puerta.
También sentí un ramalazo de lástima... ella se había vestido así para mí, y yo me iba.

*Observé como se levantaba del sofá y tarde unos instantes en ir tras él. Corrí por el comedor y lo agarré del brazo para que no se fuese.*
-Yo nunca he tenido una relación seria con nadie Axel…todos me veían como la típica chica de echar un polvo y después si te he visto no me acuerdo pero…yo siempre he pensado que algún día llegaría el hombre que no me viese solo como la chica del polvo y ya esta…bueno yo también siento algo diferente por ti. No quiero que te vayas, no quiero que me dejes sola, quiero que te quedes conmigo por favor…
*Dije mirándole a los ojos fijamente de manera dulce, par anda la mirada con lo que lo estaba mirando hacia unas horas*

Cerré los ojos cuándo sentí su tacto en mi brazo. Tuve que volverme. Tenía que hacerlo y enfrentarme a su mirada, a sus palabras. No, huir no era lo mío. No lo hacía nunca porque simplemente no se me daba bien, pero alguna que otra vez tendría que haberlo hecho.
Esa no era una de esas veces.

- Pero y si... ¿y si no funciona, Mary? -repetí mis pensamientos- Trabajamos juntos... y no lo sé, puede que estemos confundiendo sentimientos.

Era la pura verdad. La confusión reinaba en ese momento. Sentía algo, sí, pero ¿qué? ¿Atracción? ¿Amistad? ¿Sexo? ¿Amor?
Volví a sentarme al sofá para mirarla desde ahí.

- ¿Y si te quiero, Mary? -mis ojos se clavaron en los suyos- ¿Y si nos queremos? ¿Qué pasaría? -era una pregunta que me habría asustado si me la hubieran hecho a mí.

*Le escuché en silencio mientras me mordía el labio inferior sin mucha fuerza apoyándome en una pared observándole. Cuando fue hasta el sofá le seguí con la mirada. Una vez dejó de hablar me miré de arriba abajo, hablando de algo tan serio y yo vestida de colegiala…Me quité las dos coletas dejando mi pelo suelto y me abroché los botones de la blusa mientras estiraba mi falda hacia abajo. Caminé hasta el sofá y me senté al lado de Axel girando la cabeza para mirarle.*
-Bueno…si no lo probamos no lo sabremos y…creo que ambos somos bastante maduros como para separar lo profesional de lo personal…
*Dije no muy segura de esas palabras. Ya habíamos juntado lo profesional con lo personal al acostarnos juntos*

Era una situación un tanto incómoda. Y para añadir más cosas al tema, me encontraba todavía más cansado. Pasé las manos por mi cara en un intento de despejarme, aunque el sueño no había atacado del todo... aún.
Tenía varias cosas claras, cómo por ejemplo que sí, definitivamente sentía algo por Mary, y no había hecho falta una tercera vez en la cama para determinar eso. Lo que no había determinado era lo que sentía exactamente. En eso me reconocía el más confuso del pueblo.

- Tengo miedo... sí, miedo, de que si no va bien las cosas cambien. -era un temor sincero. Detestaba pensar que ya no serían igual las cosas si algo salía mal.

*Subí las piernas al sofá abrazándome las rodillas con los brazos y miré a Axel mientras soltaba un largo suspiro. No sabia que decir…yo no había tenido ninguna relación, no sabia lo que pasaba cuando cortabas*
-Siempre podemos hacer el pacto de que sino funciona llevarnos bien…no sé, lo de decir cosas en estos momentos no es lo mío.
*Admití con una tímida sonrisa. Observé sus ojeras*
-Pero tengo una idea. Nos vamos un ratito a dormir y después cuando estemos un poco mas despiertos seguimos hablando, ¿te parece?
*Dije dedicándole una dulce sonrisa*

De pronto, todo parecía ir mal. No, no era exactamente "mal", pero todo se ponía cuesta arriba. De todas maneras, en un instante me sobrepuse a ese pensamiento y decidí que no era nada terrible, no era un problema. Incluso me había liberado de algo que me pesaba en la mente sin yo saberlo. Volví a mirarla, en ese momento la ví por primera vez de otra forma. No sólo como un espectacular cuerpo y una chica divertida... veía más cosas, aún sin definir, pero con unas ganas tremendas de poder descubrirlas.

- Esos pactos nunca se cumplen, encanto... -pasé una mano por su rostro y sonreí- ...pero quiero intentarlo, al menos, intentémoslo... -fue lo más sincero que le había dicho.

Una sensación de bienestar recorrió mi cuerpo cuando me sonrió de esa forma tan tierna y me propuso que durmiéramos. Era un sentimiento acogedor, y reprimí el impulso de abrazarla.
Era curioso, una vez abierto el corazón, mi contacto con ella era algo más controlado... ya no era sólo atracción, ahora cada gesto podía significar algo más.

- Si no molesto... sí, me gustaría dormir. -al diablo la compra y la limpieza, quería quedarme allí.

*Hice una mueca al escuchar que esos pactos y yo ya lo sabía, pocas personas que habían salido juntas se llevaban bien después de haberlo dejado pero siempre había excepciones y nosotros podríamos ser una de ellas, ¿no? Sonreí al escucharle de forma dulce, quien me iba a decir a mi que la primera pareja seria que tuviese sería con un chico 5 años mayor que yo y encima mi jefe…y todo el pueblo que pensaba que iba a acabar con J.J. Me levanté y le dediqué una sonrisa mientras le tendía mi mano.*
-No molestas, si lo hicieses ya te hubiese echado así que…vamos a dormir que tu como no lo hagas te acabaras durmiendo caminando por la calle o todavía peor, conduciendo.
*Hice una mueca al decir aquello último. Me quedé mirando a Axel a la espera de que se levantase. Con Axel había sido diferente desde el principio, nunca me había pasando tanto rato jugando con alguien simplemente por que no aguantaban pero Axel lo había echo y yo me lo había pasado muy bien y no solo jugando…pero una de las razones por las que no me solía acostar mas de una vez con la misma persona era por eso, por miedo a sentir algo más pero con Axel lo había echo sin pensar y bueno…algún día tenía que romper mi norma de solo sexo con una persona y lo avía echo con Axel y había apsado lo que había pasado.*

Había llegado a ese punto en el cual valoras cada sonrisa, cada mirada. No sé, tal vez estaba cayendo en ese embrujo, ese sortilegio, esa especie de espiral a la que llaman amor. Y mentiría si dijera que me acordaba de qué se sentía. Era verdad, no recordaba la última vez que me había "enamorado", y si lo había sentido, debía ser de otro modo.
Bueno, no me quedaban fuerzas para pensar. Una vez dicho todo lo que guardaba en mis pensamientos, estaba reconfortado de mente, pero no de cuerpo.

- Gracias, nena... -dije, mientras la seguía y le toqué el culo fugazmente, pero ésta vez con ternura... si ese gesto podía hacerse de tal manera- ¿Tú duermes conmigo? Debes tener cosas que hacer...

La gata había vuelto a aparecer por ahí. Pensé en un futuro cercano... si Mary y yo empezabamos a salir, tendría que... soportar a ese animal? Espero que no y fuera una buena chica. De todos modos, algo me decía que dejara mi ropa a la vista, por si los arañazos.
Dejé la mente en blanco para concentrarme en Mary, el tacto de su mano con la mía, en mí, y en el sueño que tenía.

*Caminé el trozo del comedor al dormitorio cogida de la mano de Axel. Vi a Damita pasar por al lado nuestro pero no llegó a entrar en la habitación y como me había dado cuenta que a Axel no le hacia mucha gracia cerré la puerta dejando a la gata en el comedor.*
-Claro que duermo contigo, ya limpiaré luego…o quizás le diga a mi madre que como estoy de exámenes se pase ella…seguro que si le hago un poco la pelota lo hace.
*Dije sonriendo mientras me quitaba la corbata y la metía en el armario. Me miré de arriba abajo pero me daba mucho palo volver a cambiarme, estaba demasiado cansada. Me tiré en la cama observando a Axel con una sonrisa mientras daba unos golpecitos a mi lado para que se tumbase.*
-Y como te despiertes antes que yo te hago aguantar a la gata cinco minutos encima de ti
*Le amenacé mientras sonreía con cariño.*

Una vez dentro, cerramos la puerta, y ella se quitó la corbata, pero sólo la corbata. Algo me decía que no hacía mucho que había dejado de llevar ese uniforme. Dos o tres años, a lo sumo. Sonreí, es que era tan joven...
Se tiró en la cama, al contrario que yo, que la rodeé para sentarme en uno de los lados para quitarme los zapatos y la camiseta. No había pensado en que los tatuajes tal vez eran grotescos. Bueno, ahí estaban, no se podían cambiar, y a mi me encantaban.

- Con esa carita, tu harías que el Papa se convirtiera al Budismo o a lo que tu quisieras, nena. -sonreí y me tumbé en la cama, dejando los zapatos bajo ésta- No te preocupes por eso, me levantaré la semana que viene, más o... menos... -dije, en un bostezo, y cerré los ojos. El sueño apareció casi de inmediato.

*Sonreí divertida al escucharle y me quité los zapatos de tacón con los pies.*
-Haría que no fuese creyente, seria mas escándalo que si se convirtiera en Budismo.
*Comenté mientras le observaba. Me quedé mirando sus tatuajes, no sabia como había sido capaz de soportar el dolor, a mi me encantaba pero me daba pánico hacerme uno. Cuando se quedó dormido besé su mejilla con dulzura y me acurruqué a su lado cerrando los ojos yo también. ¿Qué pensaría la gente del pueblo cuando se enterasen que estaba con Axel? Seguro que ese tema iba a ser mas comentado que las estupideces de las Lacayas pero me daba igual…poco a poco me fui durmiendo*

El tiempo corrió deprisa. Tanto que al despertarme pude advertir que ya era de noche, aunque no definí que hora era hasta que me volví para ver un reloj digital despertador sobre la mesilla. Eran las 21.18, y sí, había oscurecido.
Descubrí que Mary ya no estaba ahí, supuse que se había levantado antes. Estiré los brazos y me desperecé con un bostezo, el pequeño descanso me había ayudado mucho, más que la noche anterior.
Me incorporé y una sonrisa apareció en mi cara. ¿Ya está? ¿Eramos pareja? Inmediatamente reí, ya solo pensarlo era genial.

Decidí que era hora de levantarse, me dirigí a la puerta cerrada de la habitación y asomé la cabeza al comedor, sin decir nada, buscando a mi chica con la mirada por la casa.

*Me había despertado a los ocho y había dejado a Axel durmiendo en la cama. Había limpiado un poco para que la casa no estuviese muy mal y ahora me encontraba estudiando biología que tenia un examen en dos días y todavía no me sabia nada por que me había saltado la mitad de los días de esa semana para ir a la playa a disfrutar del sol y del mar pero mi cabeza no estaba allí conmigo, estaba pensando en lo que Axel y yo éramos. ¿Éramos pareja? Eso es lo que me parecía que habíamos acordado finalmente, ¿no? Pero tampoco estaba muy segura aunque me hacia ilusión que Axel fuese mi primera pareja mas que nada por que nunca me lo hubiese imaginado.*