¿Giro en la trama? [Axel]

-Conmigo fantasean todos aunque vaya tapada hasta el cuello.
*Dije bromeando mientras me sentaba en el sofá. Le di un beso en el cuello y me levanté del sofá entrando en el dormitorio. Abrí mi dormitorio y me puse uno de mis vestidos hippies lleno de colores y circulitos por toda la tela y salí de nuevo colocándome en la misma posición de antes, tumbada apoyando mi cabeza en las piernas de Axel*
-Y que sepas que yo ya soy una mujercita, ya tengo 18 años.
*Dije con voz infantil sacándole la lengua*

- Sssh... ¿quieres que pierda el morbo que me da acostarme con una estudiante? -sonreí ante su comentario. Era verdad, iban a tener fantasías había cosas que no podía evitar- Diablos, tendré que esconderte, quiero que seas sólo para mí... -bromeé, no era tan posesivo.

De mi barriga sonó un desagradable ruido, que indicaba el hambre que tenía. Me avergoncé un poco, casi sin darme cuenta de que tal vez no había de qué. Si bien es verdad que no había la confianza que podía tener una pareja que llevar años, Mary y yo teníamos una conexión especial, que había notado desde el momento en que nuestros labios dijeron ciertas palabras... que nos habían llevado a ese momento que vivíamos ahora.

- Oops... perdona. -dije, sin más.

-A vale, muy bonito, solo quieres estar conmigo por que te da morbo que sea una estudiante.
*Le fulminé con la mirada en broma mientras giraba la cara observando la televisión apagada y sonreí levemente al escuchar lo siguiente pero no hice ningún comentario, se supone que estaba enfadada. Escuché el sonido de su tripa y me empecé a reír sin poderlo evitar, el pobre debía estar muriéndose de hambre, llevaba horas sin comer, yo al menos había comido algo antes de ir a trabajar. Me seguí riéndo sin mirarle todavía aunque sabia que ya no se iba a creer lo de que estaba enfadada.*

- No digas bobadas... -la señalé cuando se levantaba- ...también es por ese culito tan mono. -reí, igual me ganaba una buena, pero era divertido.

Empezó a hacerse la enfadada. Y casi me lo creí por un momento, pero cuándo empezó a desternillarse debido a mi estómago, le lancé un cojín.
¿Siempre iba a ser tan fabuloso? Era una pena, pero yo sabía que no... la experiencia me lo decía, no hay nada que sea 100% mágico, siempre hay altibabjos. La magia se acaba, luego puede haber un porcentaje más alto o más bajo, pero nunca había una totalidad, era imposible.

Sin embargo, quería pensar como un quinceañero, quería disfrutarlo... quería equivocarme y que el mundo fuera de colores, cómo su ropa.

- Ey, muñeca... -la miré sonriendo, descubrí su coartada del "enfado"- Ven aquí a darme un beso, si lo estás deseando tanto cómo yo...

*Giré mi cabeza al escuchar lo de mi culito y le saqué la lengua mientras me lo tapaba con las manos para que no lo viese. Me senté en el suelo mirándole mal y me quejé cuando el cojín me dio en la cara aunque yo seguía riéndome por el sonido de su estómago. Le volví a tirar el mismo cojín que él me había tirado a mi momentos antes mientras me seguía riendo, me había dado la risa floja. Escuché como me pedía que fuese a darle un beso pero hice como que me lo pensaba durante unos instantes pero me levanté y fui hasta el sofá sentándome encima de él. Acerqué mi rostro al suyo pero cuando fue a besarme eché la cabeza hacia atrás dejándole con las ganas de ese beso mientras le sonreí burlona*
-Te quedas sin beso por ser malo.
*Dije igual que una niña pequeña cruzándome de brazos sin quitarme de encima suyo.*

Puse una falsa cara de sorpresa y la señalé con el dedo, mirándola cómo si hubiera matado a alguien. Quería mi beso y lo quería ahora... reí levemente, estaba pensando cómo un niño pequeño. Supongo que la vida en pareja te vuelve un poco niño.

- ¿No me das el beso? -me crucé de brazos- ...después puedo vengarme, ¿eh? -la amenacé, aún con la sonrisa en los labios. Sonó el timbre. -Tú si que eres mala... voy yo.

La tomé en brazos y la dejé en el sofá mientras me levantaba y cogía la cartera de la mesita de noche rápidamente. Abrí la puerta ante la sorpresa de que era una repartidora, y no un repartidor, quien había venido con las pizzas.
Fue una sorpresa porque conocía bastante el sector (en mi país las pizzerías estaban a la orden del día, y yo solía disfrutar de sus servicios), y las chicas repartidoras eran más bien pocas.

Llevaba un polo blanco con el logotipo de la empresa en el pecho, la cara de un hombre bigotudo sobre una bandera italiana. Bajo ese dibujo, se podía leer el nombre de la pizzería, "PizzaFast"
La chica llevaba una gorra también blanca y el pelo recogido en una coleta de cabellos morenos.

- Buenas noches, guapo. -dijo, con una sonrisa, no parecía haber visto a Mary.

*Me reí al ver como fingía que se había ofendida y me encogí de hombros ante su amenaza.*
-Si me niegas un beso tú ya me lo dará Damita.
*Le dije bromeando. Picaron a la puerta interrumpiéndonos en nuestra “discusión” por un beso y Axel dijo que ya iba él mientras me tomaba en brazos dejándome a un lado. Me quedé allí sentada cruzada de piernas observando todos sus movimientos con una sonrisa y cuando abrió la puerta escuché la voz de una mujer y me levanté colocándome detrás de Axel apoyando mi cabeza en el hombro de Axel. La chica al verme se le borró la sonrisa pero yo sonreí inocentemente.*
-Si que es guapo pero está cogido, si hubieses llegado un día antes estaba libre…mala suerte chica, pero no te deprimas, hay muchos chicos en el pueblo, por cierto, el eslogan es monisimo.
*Dije con mi tono de niña buena*

- Vaya... gracias. -no acostumbraba a recibir piropos de desconocidas.

Acto seguido llegó Mary por detrás de mí, con su cantarina e inocente voz y con las palabras "adecuadas" para lo que ella interpretó cómo una amenaza, a mi parecer. Me pareció gracioso, y yo no pude reprimir una sonrisa. La chica me entregó la pizza y yo la cogí para dejarla sobre la mesa del comedor.

- ¿Qué te debo? -dije, abriendo la cartera e intentando no reírme.

- 9.75... -la chica se colocó la gorra y miró de lado a Mary- ...¿no crees que es demasiado hombre para tí, colegialita? -dijo. Uh, parecía una de esas depredadoras sexuales. Quería ver a mi chica desenvolverse en ese terreno.

*Me apoyé en el marco de la puerta cuando Axel fue a dejar la pizza observando a la chica fijamente mientras seguía con mi inocente sonrisa y mi sonrisa se ensanchó al escucharla.*
-Mira, no te voy a decir que no, pero yo lo tengo y tu no así que seré una colegiala pero yo me quedo con el hombre guapo y tu con ese ridículo uniforme.
*Le contesté sin alterar el tono de mi voz ni moverme del lugar mientras hablaba con voz dulce e inofensiva sin apartar los ojos de la chica.*

Volví con un billete de diez dólares y unas monedas, a tiempo para escuchar "ridículo uniforme" de los labios de Mary. Las cosas parecían haberse caldeado un poco.
Al no serlo yo, no me gustaban las chicas celosas, y Mary no parecía serlo. Cualquier otra chica también hubiera salido con uñas y dientes ante el último comentario de la repartidora, que parecía buscar provocarla.
Pasé la mano por al lado de Mary y le dí el dinero.

- Tóma, quédate con el cambio y ésas monedas. -había llegado deprisa, al margen de todo, había hecho un buen trabajo.

La chica sonrió a Mary, metiendo el dinero en una pequeña bandana, donde debía llevar la recaudación del día. Después me dedicó una mirada algo lasciva.

- Nunca le darás lo que yo puedo darle, pequeña... -me sonrió ahora a mí- Hasta otra, bombón. -me recorrió de arriba a abajo con la vista, mientras se alejaba poco a poco.

*Giré mi rostro mirando a Axel cuando sentí su presencia detrás de mi y volví a mirar a la repartidora cuando dijo esas palabras pero no me afectaron, yo sabia lo que podía darle a Axel y ella estaba equivocada, era ella la que no le podía dar lo que yo le daba*
-Claro que no, le doy algo mucho mejor.
*La despedí con la manito y le hice la burla mientras entraba de nuevo en casa dirigiéndome hacia la pizza y abriéndola sintiendo el dulce aroma.*
-Pizza…que rica.
*Dije con una sonrisa mientras caminaba hacia la cocina como si no hubiese pasado nada hacia unos segundos*

- Yo esperaba una pelea... -bromeé. Me imaginé a Mary con mis viejos guantes y un pantalón corto, peleándose en un ring. No era erótico, pero sí muy curioso.

Lejos de eso, pasó de todo y se concentró en la pizza, que lucía estupendamente. Si sabía tan bien cómo pintaba, iba a disfrutar mucho. La seguí hasta la cocina, y mientras cogía los cubiertos la abracé por detrás, atrapándola.

- ¿Sigues sin querer darme ese beso...? -le susurré al oído.

-No soy una chica violenta, y además, solo discutíamos amistosamente lo que supuestamente ella podía darte y yo no.
*Contesté ante su primer comentario. Abrí uno de los cajones saqué la tijera y sentí como Axel me abrazaba por detrás y sonreí levemente mientras me mordía el labio inferior*
-Claro que te lo quiero dar.
*Dije mientras echaba mi cabeza hacia atrás apoyándola en su hombro*

La besé lentamente, para sentir la boca de la jovencita que tan bien se había portado ante esa "amenaza". Algo me decía que ella nunca más volvería a llamar a aquella pizzería, por si las moscas. A partir de ahora pediríamos comida China.
"A partir de ahora"... repetí esas palabras en mi mente. ¿Se convertiría en una costumbre? No estaría mal, una noche a la semana, comida rápida en casa de Mary, una peli... cama... quien sabe.

- Un día quiero enseñarte a pelear... -dije, mientras le daba una palmada en el trasero y volvía hacia el comedor- ...o a insultar, eso también seria divertido de ver.




(OFF: Nos vemos mañana, que tengo mucho sueño...-_-" Adios! ^.^)

*Le correspondí al beso disfrutando el máximo de sus labios y me reí al escuchar lo de la pelea y cogí las tijeras corriendo hacia él subiendo a su espalda con cuidado de no hacerle daño con las tijeras*
-Vas a tener que al psicólogo a que te quité esa obsesión que tienes por mi trasero.
*Le susurré al oído mordiéndole el lóbulo de la oreja levemente. Me bajé de encima suyo y me acerqué a la pizza empezándola a corar*
-Yo yo ya sé pelear e insultar lo que pasa que no me gusta hacerlo.

Reí ligeramente cuando la sentí subir a mi espalda. Era una escena adorable, la mirase por donde la mirase. Y yo no recordaba haber estado tan bien, ni de aquel modo, tan tierno, tan cuidadoso con alguien. Nunca había sido así, ella me había transformado, definitivamente.

- Ah, eso si que no... que me volvéis loco, nena, tú y tu culito. -sonreí. Bajó de mi espalda y ví como cortaba la pizza, mis ojos se abrieron cómo platos, me moría de hambre. Cogí un trozo, nada más lo cortó- ¿Qué quieres hacer después? Podemos salir por ahí, si quieres.

-Pero seguro que antes es mi culito que yo.
*Dije bromeando mientras seguía cortando la pizza. Axel metio la mano en medio para coger una pizza y tuve que parar para no cortarle.*
-Cuidado, que todavía no he acabado de cortar, eres un desesperado.
*Dije rodando los ojos divertida mientras acababa de cortar la pizza, cogia un cacho de la de cuatro quesos y le daba un mordisco.*
-Mmm…casi esta tan buena como tu.
*Me senté encima de la mesa con las piernas colgadas pensando en lo que podríamos hacer después.*
-Pues no se…Elije tu.

Miré el reloj mientras atacaba la pizza con hambre. La noche todavía era joven, aunque no se me ocurría qué hacer o dónde podíamos ir, no conocía todavia muy bien el pueblo.
Sonreí ante su comentario, y con la mirada le indiqué que no, que ella era primero. A veces bastaba hablar con los ojos.
Terminé mi porción y me encaminé a la cocina. Antes de entrar, volví la vista hacia ella.

- ¿Tienes cerveza? -abrí la nevera buscando mientras hablaba- Pues no sé, Mary... no conozco ésto muy bien. El Parque, el café y poco más... ¿Alguna otra idea?

-Esta al final, detrás de las latas de coca-cola.
*Le expliqué mientras me acababa mi primer trozo de pizza. Me mordí el labio inferior pensando donde podríamos ir a esas horas y se me ocurrió el río de las afueras del pueblo. Era un lugar hermoso lleno de flores y por la noche estaba precioso, lo sabia por que solía ir alguna noche con J.J, cuando se deprimía por que perdían un partido o algo por el estilo.*
-El río de las afueras es un lugar bonito…pero si quieres un lugar con gente podemos ir a la esquina de los porreros o al parque.
*Le expliqué mientras le miraba*

Encontré una y la saqué de la nevera, cerrándola. Volví hacia ella, aún con la cerveza sin abrir y me apoyé en la pared, mirando la pizza, con ansias de coger otro trozo, pero esperando para hacer el momento más gustoso. Era una manía que tenía desde siempre.

- Llévame donde quieras, nena. -sonreí, para darme cuenta al tratar de abrir el botellín que no tenía abrelatas- Aunque si no quieres salir dilo, sólo era una idea.

Volví de camino a la cocina, a buscar el dichoso abrelatas.

*Lo observé con una sonrisa y sonreí mientras cogia otro trozo de pizza dándole un pequeño bocado relamiéndome los labios sonriendo*
-Pues entonces te voy a llevar al río, por la noche está precioso y la luna se ve genial desde ese lugar.
*Me reí al ver lo cursi que sonaba ese comentario y negué con la cabeza lentamente mientras rodaba los ojos.*
-Y claro que quiero salir, por que sino lo hacemos…acabaremos otra vez en la mesa y después en la cama…

Noté en su mirada el eco de esas últimas palabras. Casi me hace saltar sobre ella. Pero no, había que reprimirse. La noche era joven, joven. Después me quedaría a dormir allí, y tenía toooodo el tiempo del mundo.
Cogí un segundo trozo de pizza, abordándolo y saboreándolo. La cerveza era para contrarrestar el picante pepperoni. Bebí también un sorbo de ésta.

- Lo dices cómo si... -me recosté en la pared, tratando de parecer sexy- ... no sé, te pareciera una mala idea quedarnos aquí... -medio en broma, o de verdad acabaríamos en la cama.

*Me reí al escucharle y me bajé de la mesa caminando hasta él hablando rozando sus labios con los míos.*
-No me parece mala idea, me parece buena y muy placentera pero…nos acabaremos volviendo los dos unos ninfomanos.
*Giré mi rostro dándole un mordisco a su pizza y me aleje de nuevo caminando de vuelta a la mesa mientras sonreía divertida moviendo mi trasero.*

- Me estás provocando, no hagas trampas... -en mi cabeza seguía siendo un juego. Algunas cosas con ella eran más divertidas si las planteabas como un juego- Además, si nos pega otro de nuestros calentones, siempre tenemos el coche o... la misma hierba, cerca del río... -sonreí pícaro.

Terminé mi otro trozo con frugalidad, aún quedaban tres. Decidí que era hora de conocernos algo mejor, al fin y al cabo, éramos pareja, las parejas conocen ciertas cosas el uno del otro. Dejé la cerveza a la mitad sobre la mesa y cogí otra porción. Deliciosa.

- ¿Qué puedes decirme de tí que no haya leído en tu currículum, Mary Karlie? -mordí un pedazo.

-Yo no te provoco, y si lo he hecho ha sido sin querer…evitarlo.
*Dije sonriendo con maldad mientras me sentaba de nuevo en la mesa. Sonreí al escucharle y me mordí el labio inferior pensando. Le di un bocado a mi pizza y la mastiqué y cogí su cerveza dándole un trago y dejándola de nuevo en la mesa*
-Pues…que me gusta viajar y las culturas extrañas…y que le tengo miedo a los muñecos payasos y a las arañas.
*Dije dándole otro mordisco a mi pizza*